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Cómo y cuándo hacer un rebranding

Cómo y cuándo hacer un rebranding

¿Qué es el rebranding?

El rebranding es el proceso de rediseñar y ajustar aspectos clave de una marca, como su identidad visual, el mensaje que transmite o los valores que promueve. No es solo cambiar un logo, sino una renovación completa que busca transformar la percepción que el público tiene de la marca. Es una estrategia que permite a las empresas mantenerse relevantes, adaptarse a cambios en su entorno o corregir problemas de imagen.

Este proceso puede ser gradual o radical, dependiendo de las necesidades de la compañía y su situación en el mercado. Un rebranding exitoso puede revitalizar una marca, atrayendo nuevos clientes y manteniendo a los existentes conectados. Sin embargo, si no se ejecuta correctamente, puede generar confusión o incluso rechazo entre el público.

¿Cuándo es el momento adecuado para un rebranding?

Decidir el momento exacto para un rebranding requiere evaluar el estado actual de la marca y su posición en el mercado. Aquí algunos de los motivos más comunes que indican que es hora de considerar un cambio:

  1. Cambio en la dirección estratégica: Cuando una empresa amplía su oferta de productos o servicios, entra en un nuevo mercado o adopta una nueva misión, puede ser necesario ajustar su imagen para reflejar esta evolución. Por ejemplo, si una empresa inicialmente centrada en productos locales se expande al mercado internacional, su marca necesitará conecta con una audiencia global.
  2. Fusión o adquisición: Las fusiones o adquisiciones suelen requerir un rebranding, ya que dos empresas diferentes se unen y necesitan crear una identidad común. Esta nueva identidad debe reflejar la combinación de sus fortalezas y marcar una nueva etapa para ambas.
  3. Deterioro de la reputación: Si una empresa ha enfrentado una crisis de reputación, como escándalos o problemas de relaciones públicas, un rebranding puede ayudar a distanciarse de su pasado. Este cambio permite a la marca adoptar una nueva imagen que sea más favorable y atractiva para los consumidores.
  4. Falta de relevancia o diferenciación: Si la marca se percibe como obsoleta o no logra diferenciarse de la competencia, es posible que necesite un rediseño que la haga más actual y atractiva para el público objetivo. Un ejemplo sería una marca que ha mantenido el mismo diseño durante décadas mientras su competencia ha actualizado su imagen para estar más alineada con las tendencias actuales.
  5. Cambios en el mercado o en la audiencia: A medida que los consumidores cambian sus preferencias, las marcas deben adaptarse. Esto incluye la forma en que se comunican, los valores que promueven o incluso los productos que ofrecen. Si la audiencia de la marca ha cambiado significativamente, puede ser el momento de hacer ajustes para satisfacer mejor esas nuevas expectativas.

¿Cómo ejecutar correctamente un rebranding?

Un rebranding exitoso requiere una planificación cuidadosa y una ejecución estratégica para evitar errores costosos. A continuación, algunos pasos esenciales para llevar a cabo un proceso de rebranding de manera efectiva:

  1. Investigación profunda
    Antes de realizar cualquier cambio, es vital llevar a cabo una investigación detallada para comprender qué funciona y qué no en la imagen actual de la marca. Esto incluye estudiar el comportamiento de los consumidores, las tendencias del mercado y realizar un análisis competitivo. Con esta información, se pueden identificar las áreas que necesitan renovación y definir la nueva dirección de la marca.
  2. Redefinir la estrategia de marca
    El siguiente paso es establecer una estrategia de marca clara que guíe todo el proceso. Esto implica definir nuevos valores, misión y visión. ¿Qué debe representar la marca después del rebranding? ¿Qué emociones y percepciones debería evocar en los consumidores? Estos aspectos deben alinearse con los cambios planificados y guiar el desarrollo de la nueva identidad.
  3. Actualizar la identidad visual y verbal
    El rebranding a menudo incluye la actualización de la identidad visual, que puede abarcar el logotipo, los colores corporativos, la tipografía y el estilo gráfico en general. También es esencial revisar la identidad verbal: el tono de voz y los mensajes clave que la marca utiliza en sus comunicaciones. Ambos aspectos deben ser coherentes y reflejar la nueva esencia de la marca.
  4. Comunicar el cambio de manera efectiva
    Una vez que el rebranding esté listo, es crucial comunicarlo adecuadamente a los clientes y al público en general. Un error común es no preparar al público para el cambio, lo que puede generar confusión o incluso rechazo. Es fundamental explicar por qué se está realizando el rebranding y qué beneficios aportará, tanto para la empresa como para los clientes. Esto se puede hacer a través de campañas en redes sociales, medios tradicionales y otros canales de comunicación.
  5. Monitorear y ajustar
    Después del lanzamiento del rebranding, es esencial monitorear la recepción del público y estar dispuesto a hacer ajustes si es necesario. Algunas reacciones pueden ser inesperadas, por lo que estar preparado para adaptarse rápidamente puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso del cambio.

Conclusión

El rebranding puede ser una herramienta muy poderosa para las marcas que necesitan revitalizar su imagen, adaptarse a nuevos mercados o corregir problemas de percepción. Sin embargo, no debe tomarse a la ligera. Elegir el momento adecuado es crucial, y este debe responder a una necesidad real de la empresa, como un cambio en su dirección estratégica, problemas de relevancia o la necesidad de corregir una mala reputación.

Para que un rebranding sea exitoso, es esencial que esté bien fundamentado en una investigación sólida y que se alinee con una nueva estrategia de marca que tenga sentido para el negocio y su audiencia. El proceso debe ser integral, renovando tanto la identidad visual como la verbal, y debe comunicarse de manera efectiva para evitar confusiones o malentendidos entre el público.

Finalmente, un rebranding no termina con el lanzamiento. Es importante monitorear constantemente cómo se recibe el cambio y estar preparado para ajustar detalles si es necesario. Con una planificación adecuada y una ejecución cuidadosa, el rebranding puede darle nueva vida a una marca y abrir puertas a nuevas oportunidades.

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